Recuperando la memoria. febrero de 2006
Lecciones de Libertad
ANTONIO REGALADO
«Soy ciudadano italiano. He nacido en Venecia, y por tanto, me considero un poco especial. Políticamente me siento europeo y fiscalmente contribuyo en España desde hace 11 años.» Con esta tarjeta de presentación, iniciaba Mauricio Carlotti, consejero delegado de Antena 3 TV, la réplica a sus señorías en la comisión senatorial que se encarga de analizar la Sociedad de la Información; una comisión por la que han pasado teóricos de salón que no han aportado nada relevante en uno de los motores del siglo actual: el de la comunicación. Carlotti no sólo dio una lección magistral y gratis sobre la globalización de las ideas sino, y sobre todo, sobre la libertad de empresa.
«Tengo dos grandes pasiones en mi vida: la televisión -amo profundamente mi trabajo-, y la política, que ha sido mi gran «infatuación» juvenil. Cada uno dedica la adolescencia y la juventud a lo que le parece, aunque quizá se equivoque, pero yo, como mucho soy un decepcionado, no un arrepentido». Con este preámbulo, Carlotti, comenzó a desgranar unas ideas-fuerza que muy bien pudieran ser el germen de cualquier master de la especialidad. Esta fue la primera: «Vengo no sólo a defender intereses de la empresa que me paga la nómina; pienso que ganar dinero es un derecho constitucional cuando se hace legalmente, dentro de una empresa que observa escrupulosamente las reglas y leyes de este país y que está sometida diariamente y minuto a minuto a dos exámenes de selectividad: las audiencias y la bolsa».
Ya en la entrada, el máximo responsable de la televisión de San Sebastián de los Reyes, ayer de Telecinco y anteayer de Mediaset, se mostró decepcionado con el Gobierno de la nación por la falta de dialogo en el anteproyecto de la Ley de Televisión Digital Terrestre, actualmente en el Congreso. «Le hicimos ver al Ejecutivo, a través de Uteca que de pluralismo nunca hay bastante, pero de competencia, en España hay mucha más que en cualquier otro país de Europa. No nos han escuchado».
Luego, Carlotti, se refirió con finura «florentina» al problema Sogecable: «En ningún estado miembro de la UE se ha permitido operar simultáneamente a un operador que tiene el monopolio de la televisión vía satélite y en abierto; esto nos colocaría a la competencia en una situación insostenible. Confío en las autoridades que defienden la competencia interna y comunitaria».
Tras la intervención de los portavoces de los partidos políticos, Mauricio Carlotti, respondió en 20.230 palabras -¡gracias World!- con una precisión de cirujano. Estos fueron sus mensajes.
Diálogo: «Ha habido oportunidades de diálogo con el Gobierno; nunca nos dio la sensación de que se estaba proponiendo un anteproyecto con medidas tan importantes, aunque dentro del proyecto hay mucho menos y distinto; tengo la sensación de que no se informó ni siquiera a los aliados; se dice -y es una mentir- que se han aceptado sugerencias e Antena 3 y de Telecinco, en relación al número máximo de licencias que un ayuntamiento puede tener. Propusimos una; ellos, dos. Nosotros creemos que para arruinarse un ayuntamiento con una licencia solamente le vale. Esta no es la reforma que el sector esperaba y me remito a las palabras del presidente Rodríguez Zapatero. Él dijo: «arreglaremos primero la televisión pública y después pondremos en marcha un proyecto orgánico que estamos necesitando».
¿Quién pagará la fiesta?
Dinero: «No se puede plantear ninguna reforma del sector si con anterioridad no se dice qué tipo de televisión pública se quiere tener en este país. Aquí se gastan unos 4.000 millones de euros para producir televisión, y estoy hablando de las cadenas más relevantes; no conozco cifras ni de la televisión de pago ni de la local. Televisión Española, las autonómicas, Antena 3 y Telecinco gastamos más o menos 4.000 millones de euros. De ellos 3.000 los gastan las televisiones públicas. Este sector tiene más o menos 23.000 empleados de los cuales 20.000 son públicos; cuando se habla de condiciones técnicas, señorías, no sólo hay que analizar si cabe dentro del espectro radioeléctrico sino que hay que saber si habrá suficientes recursos económicos, ¿quién pagará la fiesta? Si se aprueba la puesta en marcha de un programa de más de 1.000 licencias digitales locales, ¿quién pagará el gasto de esas 1.000 televisiones locales? Antena 3 gasta alrededor de 1,5 millones de euros al día para hacer la televisión; si cada una de estas televisiones se gastara 1,5 millones de euros al año, serían precisos 1.200 millones de euros de recursos publicitarios, y no los hay».
Triunfar en la competencia
«Se me pregunta si nos gustaría tener más operadores y si debería haber la máxima competencia posible. Seguramente sí puesto que nosotros creemos que sabemos triunfar en la competencia. Las empresas privadas de este sector han tenido que sufrir la competencia desleal de las televisiones públicas durante los primeros 15 años de su existencia. El verdadero problema de este mercado no está en que falten espacios publicitarios sino en que lo que hay se vende a unos precios ridículos porque así lo practica la televisión pública en el mercado de venta de la publicidad; con lo cual, ha llegado a deprimir tanto el precio de esa publicidad, que en el año 2004 aún se ha pagado menos en términos reales de lo que se pagaba en el año 2000».
Carlotti recordó que con el sistema digital existen cuatro veces más posibilidades de generar competencia. «Por tanto, -añadió- si se dan las mismas condiciones técnicas, como dijo el presidente del Gobierno, para que haya un canal analógico más, se pueden dar cuatro licencias digitales. Ahora bien, y conste que yo no quiero jugar con las palabras: ¿Cuántas televisiones generalistas en abierto -sean digitales o analógicas, ahora no hago esa diferencia- se pueden mantener con el mercado de la publicidad? En el Reino Unido hay dos; en Alemania hay muchos canales pero dos operadores concentran el 85 por ciento de la facturación; en Francia hay dos operadores privados; en Italia hay un operador privado que concentra el 75 por ciento de la facturación y un enano que tiene dos canales que nadie ve y que es el grupo Telecom Italia; en España hay dos empresas en este momento más dos digitales que no pueden funcionar porque nadie las ve; y en Estados Unidos, con 300 millones de habitantes, con un producto interior bruto que vale lo que el de toda Europa hay cuatro.»
No es una cuestión de leyes.
Tras la exposición, más preguntas y todas las respuestas: «¿Y saben sus señorías por qué no hay más? No es una cuestión de leyes. En Estados Unidos no hay concesiones; en Alemania tampoco hay concesiones, se distribuye la señal por cable, todo el que quiere puede distribuir su señal. Esa estructura de oligopolio -lo que no significa que no haya competencia puesto que, por el contrario, un oligopolio puede ser la forma más extrema de competencia-, esta estructura de pocos se debe a que así lo quieren los que ponen el dinero, las empresas que se anuncian; éstas no quieren que se repartan las audiencias en seis, siete u ocho canales porque entonces ellas tendrían que comprar otros tantos canales para tener la misma cobertura publicitaria que se pretende comprar. La campaña ideal para nuestro cliente sería una cadena con el cien por cien de audiencia, y es que con un solo spot harían la campaña, es decir, todo el mundo se enteraría. Un político que tiene esa responsabilidad tan grande quiere que se reafirmen sus propuestas, sus ideales, sus objetivos, pero tendrá que preocuparse también de que no se venga abajo el sistema de mercado en que se opera».
Beneficios
«Se dice -prosiguió ante sus señorías con tanta firmeza como claridad- que nosotros ganamos mucho dinero. Ustedes ya sabrán que Antena 3 y Telecinco solamente en dos de sus quince años de historia han ganado en el mismo ejercicio una buena cantidad de dinero aunque hay que decir que no mayor de lo que ganan normalmente todas las empresas de televisión comercial en Europa. No somos nada raro en este sentido. No se ha dado nunca en esos quince años de existencia de los privados en este sector ni un solo año en el que al mismo tiempo los tres operadores privados hayan ganado dinero. En toda la historia de Antena 3, es decir, en quince años, ha ganado 180 millones de euros, lo que significa 12 millones de euros al año, cantidad que aplicada a una inversión en capital invertido de 350 millones de euros, al neto de la inflación supone una rentabilidad obscena?. Este sector no se ha consolidado; por su propia naturaleza es un sector de oligopolio en el que se ha manifestado un nivel de competencia que no existe en ningún otro país de Europa, con presencia de una televisión pública que se ha comportado deslealmente en el mercado de la publicidad y con un retorno de la inversión por parte de los inversores absolutamente ridículo hasta ahora. ¿Si ahora se quiere más competencia? Seguramente sí. Y si hay un loco que quiere hacer una televisión generalista en abierto, que la haga. Pero yo me pregunto: ¿Y por qué tiene que ser solamente uno? ¿Por qué no pueden ser cuatro, ocho, doce o veinte más? ¿Cómo sería eso posible con un solo tránsito inmediato al sistema digital, es decir, sin abrir ninguna licencia analógica más?»
Tomar medidas
Respecto a la acusación de que Antena 3 TV debe tomar meidas para impulsar la televisión digital, el consejero delegado de la cadena privada, se mostró contundente: «Debo decir que a Antena 3 no le toca tomar medidas para impulsar la televisión digital. A3 prestar su colaboración, puede adherirse, puede manifestar su voluntad como hemos hecho clarísimamente. Nosotros hemos cumplido con todas las obligaciones que las leyes de este país nos impusieron en un determinado momento por emitir también en analógico, cosa que cuesta un dinerito puesto que hay que alquilar una cobertura de transmisión digital en toda España que se suma a la analógica que, obviamente, seguimos manteniendo, eso sí, sin que tengamos de momento ninguna posibilidad de recuperar ese gasto. Hemos declarado reiteradamente que si se nos da un ancho de banda suficiente estamos dispuestos a hacer inversiones para producir programación original en sistema digital. Antena 3 y Telecinco hemos financiado una campaña para explicarles a los ciudadanos lo que es la televisión digital.
La televisión digital permite el acceso a lo que hemos llamado sociedad de la información: se pueden recibir datos, más informaciones, etcétera. En este sentido, en algunos países se está experimentando la posibilidad de que la administración pública se comunique con los ciudadanos a través de la televisión digital terrestre y, por ejemplo, pueda emitir un certificado de empadronamiento a través de la misma sin que sea necesario acudir al ayuntamiento».
La revolución está aquí
Carlotti cree que si no se sube uno al carro de la sociedad de la información, los mayores de cuarenta años tendrán problemas de incapacidad en el futuro para ejercer funciones educativas incluso con los hijos. «Este problema sólo se podrá resolver si les introducimos en la sociedad de la convergencia digital a través de un aparato fácil, como es el caso de la televisión. Hay personas con cincuenta años que no quieren oír hablar ni saber nada del ADSL, de GRPS o de UMTS; sin embargo, con una televisión y un telemando pueden no perder el contacto con la sociedad que, en diez años -nos guste o no nos guste y pongamos o no en marcha la televisión digital terrestre-, cambiará espectacularmente.
El Gobierno tiene que saber que ésta es una infraestructura estratégica. El anterior Gobierno se equivocó porque quiso poner en marcha un proceso de digitalización -y lo hizo antes que cualquier otro país de Europa-, pero lo hizo sin consultar al sector. Su objetivo era promover una tercera plataforma de pago viable y creo que era bastante fácil adivinar que no iba a ser así porque, de hecho, ya había dos que perdían mucho dinero, la de Sogecable y Vía Digital. Desde mi punto de vista, hasta un niño hubiera visto que una tercera plataforma hubiese perdido aún más dinero y, como dice mi amigo Paolo Basile, esto determinó que Quiero Tv, llegara a la quiebra en tan sólo un año y medio, por falta de posibilidades económicas.»
Transición y pluralismo.
«Hablamos mucho de pluralismo, de competencia, de democracia y de información -prosiguió- pero no nos preocupamos de si existen o no las condiciones técnicas necesarias. Si se calibra mal esta transición sólo se provocará un momento de gran turbulencia, de manera que accederán decenas de empresas que, en poquísimo tiempo, tendrán que cerrar o irán a la quiebra, y volveremos a tener dos o tres operadores, tal y como ocurre en todo el mundo con este tipo de mercado. Por favor, analicen la situación existente en Europa y en Estados Unidos.»
Luego, continuó su charla con preguntas y respuestas. «¿Se van a crear situaciones contrarias al pluralismo? No creo que el hecho de abrir o no Canal+ aporte mucho al pluralismo, señores senadores. De hecho, el informativo de CNN+ ya se ve en abierto y ocurre lo mismo con el informativo de Canal+; se podrán ver en abierto más dibujos animados, más películas, pero nada de lo que se ve actualmente pagando. Habrá que dar una pequeña desilusión a los ciudadanos, a aquellos que se preguntan por qué se está en contra de que se vea Canal+ sin pagar; yo no sé si se emitirá en abierto Canal+ pero, en ese caso, desde luego no será el Canal+ de ahora: no habrá nada de fútbol ni de cine. El problema no es solamente que si lo hicieran se iría a pique su cuenta de resultados sino que, en el caso del cine o del fútbol, por ejemplo, no tienen los derechos para la emisión en abierto -los tienen Antena 3, Telecinco, Televisión Española o la FORTA.La apertura de Canal+ supondrá el nacimiento de una nueva televisión, muy diferente de la que hoy conocen aquellos que pagan un abono. Yo no soy abonado a Canal+ ni a ninguna televisión de pago porque creo que la televisión debe emitir en abierto y que sólo está justificado el pago para ver acontecimientos especiales. En cualquier otro caso, existe la posibilidad de que las empresas privadas -tal y como hemos demostrado-, puedan ofrecer un servicio de televisión absolutamente digno, tal vez mejor que el que se paga, sin que el ciudadano tenga que abonar cantidad alguna».
Apagón político
«Señorías, -destacó en el mismo tono moderado y convincente- creo que hemos caído en una gran equivocación terminológica al hablar de apagón analógico porque, desde mi punto de vista, no habrá ningún apagón si no se soluciona el problema. La puesta en marcha de la televisión digital no depende del día en que apaguemos sino del día en que encendamos, porque cuanto antes encendamos, antes estaremos en condiciones de apagar. Se trata del mismo caso que el de aquel gobernante que dijo que se aboliría la miseria a partir del año 2010, pero no es así porque la miseria no se puede abolir por decreto; se puede luchar contra la miseria, se puede actuar políticamente contra ella, pero solamente en el caso de que en 2010 no exista más miseria se podrá declarar que se ha vencido definitivamente.
Con el apagón pasa lo mismo, no se podrá apagar la televisión al 5 o al 10 por ciento de la población -y en este caso sí estamos hablando de los más pobres, los más desfavorecidos y del entorno rural-, porque quizá no habrán tenido la posibilidad de comprar un aparato digital. En ese caso, señores políticos, prepárense para una revolución porque la televisión, desafortunadamente, en muchos casos es lo más importante que tienen algunas de estas franjas marginales.
Estas empresas llevan años regalando 24 horas de información, de entretenimiento, de compañía y de alegría; es cierto que estamos ejerciendo un legítimo interés, pero nuestra televisión, la que se ve a través de un hilo de hierro, sin pagar nada, es un regalo de 24 horas al día que, en muchos casos, es lo más importante en la vida de una persona anciana, sola o que no tiene nada que hacer durante el día. ¿Les vamos a decir a estas personas que les apagamos la televisión? No, lo más sensato será que ese día les regalemos un aparato para que puedan seguir viéndola. Y si estamos hablando del último 3 por ciento de la población, será una solución posible, pero si el 50 por ciento de la población, sea cual sea la fecha del apagón, no tuviese solucionado el problema digital, no habrá ningún apagón».
Libertad y ciudadanía
Así respondía a la intervención de la senadora convergente Rosa Nuria Aleixandre: «Senadora, dice usted que la libertad está en manos de las televisiones, pero creo que no es así. La libertad está en manos de los ciudadanos, que tienen ese aparato que se llama telemando. El consumidor de televisión es el más libre que existe porque consume en su casa, sin el agobio de un vendedor que le presione, eligiendo entre toda la oferta y elige lo que quiere, sin tener siquiera que levantarse para hacerlo porque tiene el telemando y, además, casi nunca paga; por lo tanto, puede elegir, cambiar de elección, etcétera. Es absolutamente libre.
Se podrá decir que no recibe todas las propuestas y por eso estoy a favor del digital, porque el pluralismo es un ideal teórico de imposible realización. Nunca habrá una televisión plenamente pluralista, porque si hubiese una sobrarían todas las demás. El pluralismo es un resultado colectivo y, por tanto, cuantas más voces hay mejor pluralismo.
Pero no se puede decir lo mismo de la competencia. Un exceso de competencia hunde el mercado. Por tanto, reclamamos que los políticos y los legisladores de este país tengan el máximo cuidado en establecer cuál es el nivel correcto de competencia, porque no puede tratarse de una competencia destructiva. Tiene que ser una competencia que dé márgenes para que la empresa pueda seguir invirtiendo, abriendo nuevos mercados y ampliar sus actividades.»
Presiones y rifirrafes.
«Las presiones pueden ser formidables pero no son más que las que uno decida aceptar. Las que se decida no aceptar no se aceptan. Esto depende mucho de la disposición de una empresa a mantenerse -no independiente- sensatamente donde tiene que estar, ejerciendo su derecho, pero no su derecho a ser objetivo, porque no existe la objetividad. Si existiera la objetividad, tendríamos un telediario. Afortunadamente, tenemos muchos más y cada ciudadano finalmente decide de cuál telediario se fía más.
¿Quiere usted que yo me comprometa con una declaración? Creo que se han hecho cosas muy malas pero no es con la cura homeopática ante estos males como se solucionan. Como ciudadano, diré que me impresionó el rifirrafe entre el señor Luis Herrero y el señor Medina, ambos eurodiputados, en Estrasburgo hace pocos días. El señor Herrero acusaba al Gobierno de España de regalarle la radio al señor Polanco y el señor Medina contestaba que el Gobierno de Aznar controlaba todos los medios. Y dijo: y ahora el Gobierno de España lo que está haciendo es reequilibrar la situación. ¿Esto qué significa, qué se está haciendo lo mismo al revés?
Creo que esto no se puede hacer, estoy de acuerdo con usted. Hay que exigir que cada medio sea informado, hay que exigir que cuando un medio abre una polémica diga en qué se funda para ello y no difunda noticias falsas, porque eso no tiene nada que ver con el pluralismo o con la objetividad. La verdad es la verdad y cuando uno se equivoca, se equivoca.»
De patitas en la calle
Al senador soriano y socialista Félix Lavilla le espetó: «si el editor de una empresa en la que soy consejero delegado recibe una sentencia firme por haber manipulado la verdad, la echo a la calle». A renglón seguido defendió a Urdacci: «Creo que tenía el derecho de llegar al TS para defenderse». Y lo argumentaba así: «porque las sentencias ni se interpretan, ni se discuten, ni se solventan, se aplican.»
Carlotti no cayó en la trampa de pronunciarse sobre los telediarios de la Primera: «A mí me gustan los de mi empresa, me pagan por eso y usted comprenderá que no diga una cosa distinta. Pero, aparte de la broma, creo que lo más relevante es saber si les gusta o no a los españoles. Y le digo solamente que el que más les gusta a los españoles en estos momentos es el telediario de las nueve de Antena 3, de Matias Prat. Y esto no sabe cuánto me alegra, pero no por una razón política sino por una razón profesional, porque el momento del telediario es el único del día en el que todas las televisiones hacemos lo mismo -insisto- a la misma hora, es decir, es la situación ideal para ver de quién se fían los españoles, porque pueden elegir entre telediarios que hablan de las mismas noticias, de los mismos hechos y que solamente difieren en el tratamiento informativo. Y poder decir que los telediarios de Antena 3 siguen subiendo y que en estos momentos son los más vistos de España me da una alegría que no puede imaginar»
Con Prisa pero sin pausa
«Me pregunta su señoría qué pienso acerca de que otros canales quieren pasar al sistema analógico. Insisto en lo que ya he dicho, creo que el presente -no ya el futuro- es digital. Pero, sinceramente, me pongo el gorrito de los señores ?? que ven que se abre un canal analógico transformando la licencia, porque es verdad que no se da una licencia nueva. Si a uno le dan una finca rústica para pasear ovejas, no puede edificar un hotel. Creo que el alcalde tendría que recalificar el terreno y permitir obtener una licencia de edificación. No es lo mismo una televisión de pago que una televisión en abierto. Operamos en mercados distintos. En mi opinión, no sería absolutamente perjudicial para nada si, estando disponible esa licencia, se sometiera a concurso y se concediese a quien mejor proyecto presente, siendo analógica ahora, para hacer la televisión que le parezca oportuno.
Pero creo que no se puede aceptar que quien ostenta el monopolio de la televisión de pago vía satélite ejerza también el negocio de la televisión en abierto. Esto no ocurre en ningún país de Europa, no se lo permiten a nadie en ningún país de Europa, porque esa situación permitiría tener una posición de ventaja en el momento de comprar los derechos absolutamente inalcanzable.
Un productor de una película cobra 50 vendiendo derechos pay per wiew y 100 vendiendo derechos free. Pero, si solamente uno puede comprarle la parte pay, le resultará muy fácil comprarse también la parte free, sin que los que tenemos solamente la parte en abierto podamos hacer algo para competir. Por eso considero que es inadmisible e insostenible y que las autoridades que defienden la competencia en este país y en Europa lo dirán.»
Lo digital es presente.
«Nosotros estamos sinceramente disponibles a invertir millones y millones de euros en producir nuevos programas que se difundan digitalmente con años de adelanto respecto a la fecha en que estas inversiones serán rentables. Porque usted se puede imaginar que una empresa que vive de publicidad, si emite un programa en digital y no lo ve hoy nadie, no podrá vender la publicidad hasta que no haya millones de españoles que tiene el aparato, que vea este programa; hasta que no haya datos para que certifiquen que este programa lo ven equis miles de personas, no podremos ir a las empresas y proponerles darnos la publicidad que nos permitiría empatar o posiblemente ganar dinero. Pero esto es un proceso de años. Nosotros estamos dispuestos a producir no un programa original, sino dos, tres, cuatro, con el ancho de banda que nos concedan nosotros lo llenaremos con programas originales porque nos consideramos suficientemente cualificados para poder producir programas digitales. En Antena 3 nosotros haremos programas temáticos, no haremos otra Antena 3; haremos un programa para los niños, haremos un programa para la ama de casa, haremos un programa para los que se dedican al deporte, haremos un programa para los que aman al turismo, haremos un programa para los que aman los motores, los coches, las motos; haremos programas temáticos porque a mí me parece que es la única manera de activar inversiones publicitarias que en este momento no vienen a la televisión. Pero estaremos encantados si alguien quiere hacer una televisión generalista, que se enterará de que no es tan fácil captar la audiencia de este país.»
El imperio del share
«El año 2004, que se consideró universalmente un año muy favorable en Antena 3, ha subido 1,2 décimas. No es tan fácil crear la audiencia. La causa no es por temor de la publicidad porque nosotros pensamos que cuanto más canales haya, más fácil será para nosotros vender la publicidad ya que tenemos ya una cuota de mercado.
En los últimos siete u ocho años en España donde se han multiplicado las televisiones; hay más televisiones locales, hay más televisión por cable, hay más televisión por satélite, es decir, las que en las audiencias de cada día se indican como otras televisiones. Estas otras televisiones, en seis o siete años, han pasado de representar el 2 por ciento al 11 por ciento. ¿Sabe usted qué parte del pastel publicitario se llevan estas otras televisiones? Cero. ¿Y sabe por qué? Porque es plantonc. Ninguna de estas televisiones capta una cuota de audiencia suficiente para hacernos la competencia. Nosotros no tenemos preocupación alguna en ese tema».
Habían transcurrido casi dos horas cuando el invitado Mauricio Carlotti, se disponía a cerrar el turno de contestaciones. Lo hizo con esta precisión de cirujano: «Solamente quiero hacer una apreciación. Respecto a que Telefónica ha hecho un negocio importante con Antena 3 y que no diría lo mismo con Vía Digital; usted dijo que esto le costó a Telefónica un billón de pesetas. Probablemente se refeíre a la televisión de pago, porque con Antena 3 Telefónica consiguió una plusvalía muy importante porque el que la compró la pagó -no se la regaló nadie- a un precio que se consideró desproporcionado tanto que todo el mercado, cuando Antena 3 salió a la Bolsa, esperaba una caída del valor de salida, del precio de listing. Y, si hemos demostrado que no ha caído, sino que ha subido y mucho es porque -perdóneme la pequeña vanidad- hemos trabajado mucho y bien. Pero a nosotros no nos ha regalado nada nadie, como ha demostrado el cambio de gestión de Televisión Española. Cuando cambia la gestión en Televisión Española, la 1 tenía el 23 por ciento de audiencia; cuando yo llegué a Antena 3, teníamos el 18 por ciento y bajando. Ahora Antena 3 está al 21,5 por ciento, gana 105 millones de euros al año y es una televisión sólida, saneada y con crédito y credibilidad. Esto depende del trabajo de los que estamos trabajando todo el día para que esto funcione bien. Pero en esa operación hubo una plusvalía importante.»
Se disculpó de los comisionados senatoriales por si no había contestado a todas las preguntas. La presidenta insistió en que si había más cuestiones al maestro pero el periodista, testigo de excepción comprobó que ninguno quiso repreguntar. Las contestaciones del «ciudadano italiano», como se le llama desde el el Gobierno y desde el PSOE habían dejado a sus señorías boquiabiertos; tanto, que ninguno de los participantes tuvo la delicadeza de acompañar al invitado hasta la plaza de la Marina Española. Al fin y al cabo era su invitado especial. Todos estaban ansiosos de releer el texto de la magistral lección que acababan de recibir «gratis total».
Solo -tremendamente solo y orgulloso- abandonó la sala de comisiones y ganó el ascensor; le acompañé, le estreché la mano y le felicité por su mensaje tan claro, conciso y algo más importante: tan libre. Recordé que había escuchado a un elegido de los dioses en el templo de la política y me congratulé como liberal conmigo mismo. «No dejes -me repetí- que tus alas de libertad pierdan ni una sola pluma».
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Resumen comparecencia de Mauricio Carlotti (Antena 3) ante la comisión de RTVE para hablar de TDT. Febrero 2006