Teatro de ROJAS. Toledo
Título: Dulcinea toma la palabra
Autora, dirección e interpretación: Valle Hidalgo
Viernes, 16 de diciembre. Hora 20:30
Duración: 86 minutos
La dramaturga castellano-manchega hilvana una historia tierna y cruel; conmovedora, irónica, desgarradora, cínica, sentimental y humana, muy humana.
Dulcinea nunca se rinde
POR ANTONIO REGALADO
Dos años después de tomar la palabra en Hispanoamérica, Estados Unidos, Madrid y El Toboso, Dulcinea y Aldonza, las dos enamoradas del caballero andante más famoso del mundo, regresaron a tierras de La Mancha. Tras medio centenar de representaciones, toda la ficción de cuatro siglos renace y encaja con nuestro tiempo. El texto de Dulcinea toma la palabra es sólido; el argumento coherente, el ritmo trepidante y la atmósfera, quijotesca. En el espacio y en el tiempo cabe el drama, el sainete, la comedia e incluso el esperpento.
La función mantiene la estructura clásica: tres actos, cinco cuadros con prólogo y epílogo. Casi 90 minutos para recordarnos que no existe sueño más poderoso que el de amar y el de ser amado.
Los dos personajes femeninos de El Quijote ajustan cuentas con don Miguel y dejan de ser espejismos –el imposible ideal y la realidad- para reivindicar, sencillamente, que la mujer ni entonces ni ahora debe vivir discriminada. Ni la bella Dulcinea ni la atrevida Aldonza admiten ser señoras de nadie.
La dramaturga castellano-manchega hilvana una historia tierna y cruel; conmovedora, irónica, desgarradora, cínica, sentimental y humana, muy humana. En el fondo, lo que reivindican ambas mujeres, es sentirse respetadas dentro de una historia de aventuras y desventuras en las que no tienen voz ni voto. La rebeldía les redime de su condición de mujeres objeto. Descubren la libertad, el mayor de las personas. Nunca se rinden. Esa es la mejor virtud de la obra: siempre miran adelante.
Talento en demasía
Querida Valle, yo quería escribir una crítica como Dios manda –si es que Dios manda escribir una crítica así- pero soy consciente de que solo soy un periodista y por tanto, lo mío es contar lo que pasa. Ahora, debes considerar como los toledanos del futuro describirán esta histórica noche. El dios de la lluvia lloraba sobre las colinas de la ciudad imperial cinchada por el Tajo. No ha sido la más venturosa de las jornadas para dar rienda suelta a la vanidad. Pero allí estábamos en el patio de butacas medio centenar de quijotes disfrutando de tu talento.
A pesar de que tú presencia lo inunda todo, la sincronización con el “off” permite que se sienta el aliento de los personajes principales que desfilan por el libro del manco de Lepanto. Llegaste al corazón de todos y cada uno de los espectadores. Y tu profesionalidad y tu entrega evidencian que estás en la plenitud de tu carrera. Inhalas un aliento de vida esperanzada a las dos mujeres que interpretas con voces y acentos diferentes.
Se nota que eres la creadora del texto porque lo cuentas con convicción. Al descender del escenario iniciaste una comunión con el público que te agradecimos con aplausos… Te mostraste más cercana que nunca, más valiente que nunca, más soñadora que nunca, más realista que nunca… más actriz que nunca. Derrochaste ternura, talento, gracia, estilo, sabiduría y generosidad. Los aplausos que pediste para tu maestro y amigo Paco Nieva confirman que eres una buena persona y que, como bien dices, “es de bien nacidos ser agradecidos”. Todo en tu obra es demasía.
Contra viento y marea, has realizado un trabajo magnífico. En Toledo, con la noche cerrada, cesó la lluvia mientras los restaurantes celebraban las tradicionales cenas de Navidad. Tu espectáculo cumplió sobradamente las expectativas. Y terminaste “dulcineando” con los famosos mazapanes del Obrador Santo Tomé. La vida, a pesar de todo, quería amiga, es bella. Vivir es una bendición.
Sería deseable que Paco Plaza te programase de nuevo para la primavera y en verano nos viéramos en los Festivales de Almagro y de Mérida. Lo mereces.
BAHÍA DE ITACA 