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Doce horas sin Mariano/antonio regalado

El pleno extraordinario que el Congreso ha celebrado en el Senado bajo el síndrome de la moción de censura certifica que la sombra del «caso Barcenas» es demasiada alargada. El PP ha hecho una piña con Rajoy y con la honorabilidad de su presidente. Pero su ausencia en esta sesión no favorece la credibilidad. El diputado de ERC, Alfred Bosch se preguntaba al final de la escapada: ¿Cómo vamos a confiar en un gobierno que no es capaz de ajustar la cuentas de su partido, que paga en dinero negro a sus dirigentes?

El martes, el ministro Wert se apoyaba en la mayoría popular para rechazar las enmiendas a la totalidad de la LOMCE, una ley necesaria para evitar el fracaso escolar que el Gobierno y el Partido. IU se refugiaba una vez más en el «pancartismo» para ir calentando la calle y provocar elecciones anticipadas. La crisis del sector naval y el Real Decreto-Ley de medidas urgentes contra la morosidad de las Administraciones Públicas, con un Montoro moderado y dialogante han conformado un orden del día en el que ha faltado lo importante: el control habitual de los miércoles y, por tanto, la ausencia del presidente. Doce horas sin Mariano han encrespado a PSOE y han reafirmado a los populares en que «Bárcenas es un mentiroso» y de que su política de comunicación -no decir nada- es la correcta. Hasta Celia Villalobos, esposa de Arriola, uno de los presuntos beneficiarios de la caja B, explicaba: «No me importa nada lo que diga ese señor».

Hablo con Maravillas Falcón, Rocío López y Carmen Riolobos. Las tres aplauden la valentía de María Dolores de Cospedal dando la cara en todo momento
y creen que esto se desinflará en unos meses. Lo dudo. Piden comprensión a los medios de comunicación sin admitir previamente que el silencio del presidente Rajoy resulta tan desestabilizador como las mentiras de su ex tesorero. Los ciudadanos queremos saber la verdad.

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La eternidad/antonio regalado

 

EN LA MITAD DEL VERANO, Paco Tomey celebra con sus amigos el aniversario de matrimonio con Maite; cumplieron ya los primeros 40.  Tomey es un madrileño que en el inicio de la Transición marchó a conquistar Guadalajara con el mandato imperativo de don Manuel Fraga de que “no utilizara jamás su nombre”. Sobre los restos del naufragio de UCD, en 1983 ganó con mayoría absoluta  y accedió por AP a la presidencia de la Diputación Provincial, cargo que ostentó hasta 1999. Fue el mayor quebradero electoral de José Bono que lideró CLM hasta 2004. Tomey es un animal político, siempre pegado a la calle, siempre leal, gran  estratega y comunicador. El PP le  retiró la confianza cuando fue acusado injustamente porque “no le cuadraban las cuentas”. Cuando cuatro años después fue absuelto, el nuevo equipo de María Dolores de Cospedal no quiso aprovechar ni su experiencia ni su  honradez.

Este servidor público, senador y periodista, comparte los sueños  entre el mar almeriense y su casa en Humanes. Vive de una modesta pensión que le posibilita ser el  hombre más rico en amigos, orgulloso de que los alcarreños le quieran todavía. Pero, sobre todo, ha recuperado el tiempo perdido, que dedica a sus hijas Abigail, Cristina y Beatriz; a sus yernos Roberto, Rogelio y Eduardo, y a sus tres nietos. Maite me confesaba con ternura que “ha dejado de  ser la tercera”: primero la diputación,  luego el partido y después ella. A Paco  le duele la España actual  y aún se emociona cuando alguien considera que su libro “El impulso Local”, prologado por Aznar y escrito hace casi 20 años sigue siendo un manual indispensable para repensar las Diputaciones.

“La eternidad es cuando no nos falta de nada” escribió en el siglo V Anicio Severino Boecio, el filósofo y estadista romano. Abrazó la religión católica y fue ejecutado por Teodorico. Tomey, defenestrado políticamente, mantiene entera  su pasión por la libertad. Constato que no le falta de nada.