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Toro, punto de encuentro trinitario/ EN LA FRONTERA DEL DUERO

   VISITA A PEVAFERSA

                                                        Por Antonio Regalado / Fotos: M. Cruz Sánchez

  LLEGAMOS A L AHORA CONVENIDA.  Con un cielo gris amenazando lluvia. Sin frío. En Pevafersa, se trabaja sin prisa pero sin pausa. Su presidente –y anfitrión nuestro- Antonio Berdión, compañero trinitario en Alcázar (1960) y Santuario Virgen de la Cabeza (1964)  nos recibe con un fuerte abrazo y un café.  Acudimos a Toro, Pedro Ampuero  y Leonor, desde Toledo;  Luis García y Esther (Vitoria), Santiago Gómez con Sagrario;  el pater  José Maria Ledesma y este cronista con su Cruz-Carmen, desde Madrid. Por reencontrarse uno con los amigos, ora en Alcázar, ora en Madrid, ora en Andújar, bien vale la pena acercarse hasta la otra orilla del Duero a su paso por Toro. Un Duero crecido por las lluvias de días pasados que anegó, como sucede desde hace milenios,  la vega sobre el sur. Echamos de menos a Paco Bermejo, Simón Cordero, Marcial Alvarez, Cirilo Madrid y José Antonio Villarejo, que a última hora excusaron la invitación por problemas laborales y de salud.  

   En el salón de Juntas de la empresa, Santiago nos pone en antecedentes de cómo estaba el nuevo censo de antiguos alumnos y propone un decálogo de principios que sirvan de base para futuros encuentros. La filosofía trinitaria (entrega a los demás, solidaridad, ética, austeridad, ayuda, compromiso…)   la predicamos y la practicamos. Nada nos era ajeno. Principios y valores a los que no se puede decir que no y que nos han enseñado a vivir con dignidad.

   Y tras ese primer contacto, visita a la ciudad. El Ayuntamiento es el epicentro de la muy noble y muy leal villa de Toro. Nos dieron la bienvenida, -en ausencia del alcalde Jesús Andrés Sedano, de visita oficial en FITUR-  el primer teniente de alcalde, Fernando Caballero, el responsable de Hacienda, José Luis Prieto y dos concejalas que viven   los problemas y las soluciones del pueblo  en carne viva: Maricanto Marcos, encargada de la Cultura y  Francisca Hernández, que se ocupa, entre otros menesteres, de Festejos.

Sagrario, Leonor, Esther y Carmenel grupo arropado por los ediles toresanosPevafersa, puntoo de encuentro trinitario

   Con un equipo 10  como éste, los toresanos pueden estar tranquilos porque su presente y su futuro están de buenas manos. El Ayuntamiento está  regido, pues, por gente seria, trabajadora, honrada y responsable.

El peso del pasado

   Toro es un cruce de caminos por donde se va y se llega a todas partes. La Casa Consistorial  se está remodelación interna y externamente. Hacía falta. El peso del tiempo no perdona. En sus estancias se han escrito y vivido  algunas de las mejores páginas de nuestra historia. No resulta exagerado decir que aquí, se forjó la unidad de Castilla y de León.  Toro fue la primera ciudad donde se reconoció a Fernando III el Santo como rey de León.  Aquí nació Juan II de Castilla, que litigó durante toda su vida contra todos: aragoneses, árabes del reyno de Granada, portugueses, ingleses… y murió tremendamente solo en Valladolid (1454) tras haber consentido el ajusticiamiento del condestable Alvaro de Luna. El hijo de Enrique III el Doliente y Catalina de Lacaster  se murió abrazado a la melancolía. Estas fueron sus últimas palabras: “Naciera yo hijo de un labrador e fuera fraile del Abrojo, que no rey de Castilla”.  Vanidad de vanidades y todo vanidad.

   Y más de un siglo  después, en Toro (juanista)  se libra la batalla por la unidad de España. Una guerra civil más que enfrentó a Fernando e Isabel contra Juana la Beltraneja, heredera de la corona de Castilla y los ejércitos de su esposo Alfonso V de Portugal.  Aragoneses y castellanos ganaron las batallas de Burgos, Olmedo y el castillo de Toro se rindió en 20 de octubre de 1476. La unidad de España se forjaría tras esta  penúltima batalla a orillas del Duero. Y Toro, tomaría partido nueve lustros después (1521) por las tropas comuneras del obispo Acuña y del salmantino Francisco Maldonado, derrotados en Villalar (1521) por las tropas imperiales del emperador Carlos I. En tiempos de los Austrias, Felipe IV, tras caer en desgracia su valido, el Conde-Duque de Olivares, éste fue desterrado a esta villa en 1643. Por historia que no quede. No es casual que su santo patrón sea el Santo Cristo de las Batallas. Aunque es bueno dejar caerse por aquí en Carnavales, Semana Santa, La vendimia, San Agustín y, cómo, no en la festividad de la Virgen del Canto.

Tradición democrática 

 Ahora que castellanos y leoneses celebramos 1100 años la fundación del reino de León; ahora, precisamente ahora que el investigador australiano John Kane en su Vida y muerte de la democracia ha puesto de manifiesto que somos la cuna de la democracia y no un invento de los ingleses;  ahora, decía, era un buen momento para acercarnos a  Toro, la décima ciudad en ingresar en el club de ciudades y villas con voz y voto en las Cortes leonesas, detrás de Zamora y antes que Madrid. Cuatro siglos duró la aventura en Cortes de esta ciudad que hasta 1833, con la nueva división territorial de Javier de Burgos, fue capital de provincia a la que dio nombre.

    Corría el año 1188 cuando el joven rey Alfonso XI convocó al consejo de obispos, de nobles y de representantes de las ciudades de su reyno para “comprometer a no declarar la guerra, ni tampoco a firmar la paz” sin el consentimiento de los representantes de los estamentos del clero, la nobleza y el pueblo llano. La pésima situación económica y la amenaza musulmana eran en los albores de la Edad Media, los problemas mayores. La historia se reescribe a sí misma. Ya Toro, en la frontera del Duero, había forjado un pasado de esplendor. Antes de que los romanos se establecieran allí, existieron campamentos para luchar contra los cántabros y astures, en el año 28 a. de C. Los fenicios la conocían como Albucela y Arbucala.

   Si las piedras hablaran, nos contarían la historia del toro de origen vacceo, -quizás dé origen al nombre- entenderíamos mejor la vida tras las murallas defensivas que protegían la ciudad de riadas e invasiones; comprenderíamos la fortaleza del puente del siglo XV levantado por romanos, destruido en varias ocasiones,  dinamitado por los soldados de Napoleón. Y cómo ha vuelto a renacer de sus cenizas. Pero, sobre todos los monumentos, se levanta la colegiata de Santa María la Mayor, del siglo XII. Es el mejor empleo para seguir la larga transición del románico al gótico. En la sacristía, el famoso cuadro de la Virgen de la Mosca y la custodia de plata, otorgada en depósito por los ingleses en 2001, bien merecen una visita. El Pórtico de la Majestad es retablo románico-gótico, en piedra, magnifico lugar para guardar silencio, meditar  y escuchar al experto. Confirma cómo la fe se transmite de una generación a otra a través de los símbolos. Allí en ese espacio esculpido de abajo arriba se divisan con claridad las coordenadas del ser humano en la línea del cielo entre el bien y el mal.  El Juicio Final como ejemplo  de premio a los justos y de castigo a los pecadores es todo un mensaje subliminal par el pueblo inculto que apenas sabe leer ni escribir pero sí interpretar la alegría y el dolor de las alegorías escritas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda del Creador, esa piedra arcillosa a la que se le ha restituido  el color rojizo, ajado por el paso del tiempo y del olvido.

    Nuestro anfitrión es Francisco Caballero, primer teniente de alcalde de Toro y un enamorado de su ciudad. Sus explicaciones son una ventana abierta sobre el tiempo. Conoce cada esquina, cada rincón de la Colegiata. El mejor cicerone para conocer su planta, sus ábsides, sus bóvedas, sus arquivoltas, capiteles a derecha e izquierda, simétricos como cincelados por un espejo; nadie como Caballero para explicarnos las luces, los rosetones, las puertas del norte y del sur, las ventanas, las cabeceras, las columnas, la planta, la torre…         La restauración del noreste culminará una década de trabajos de conservación que es el mejor legado a las generaciones venideras.

    La mirada se pierde en la vega del Duero, otrora frontera de los reinos cristianos. Allá abajo, en la parte sur del rio, se libraron las mil y una batallas de esta tierra  comunera, siempre añorando una Junta y esperando un capitán.

    La iglesia de San Lorenzo, los restos de San Pedro del Olmo y Santa María de la Vega, de origen mudéjar con otros monumentos que merecen gastar con gozo el tiempo del viajero. Tras la visita al Pórtico de la Majestad, uno sale anonadado por tanta belleza y el aire de la vega se agradece mientras el sol se bate en retirada con las nubes de enero.

   Caminamos despaciadamente por el Espolón – un paseo sobre el acantilado- hasta la orilla del castillo que espera nuevos cometidos. Quizás, después de tantos años de desidia se convierta en sede de la Fundación de Denominación de Origen del  Vino. Porque Toro es famosa en el mundo entero por sus caldos. Cuenta la leyenda que los toresanos eran tan ricos que la argamasa para la construcción de la torre del Arco del Rejoj (siglo XVIII) se utilizó vino en vez de agua, por la gran cantidad que se producía y porque era más barato que traer el agua del padre Duero. El edil Caballero prefiere creer en la leyenda y no malgastar los dineros del contribuyente en demostrar científicamente que la leyenda es una realidad. La historia es verosímil y como se dice en Castilla, bien pudo ser verdad y no haber sucedido.

El buen yantar

   El recorrido nos abre el apetito. Y nada mejor que reponer fuerzas en el comedor de la Empresa Pevafersa. Pero antes, el joven ingeniero-jefe, el doctor Enmanuel Buillo, nos dio algunas pistas del complejo mundo en el que viven. Pevafersa fabrica paneles solares, placas que transforman los lingotes de silicio en células que recogen la energía solar y la transforman en electricidad. Antes han trabajado con patente rusa (bi-face; dos caras) pero ahora, en la factoría que dirige nuestro amigo, se sigue una tecnología holandesa, con maquinaria sensible especialmente importada de Canadá, USA, Alemania y lógicamente, Holanda.  Es la empresa más moderna del mundo con protocolos rigurosos donde la calidad es el valor añadido por excelencia.

I+D+i en estado puro como impulso necesario para ganar el horizonte. Al visitar la factoría –todo está automatizado- uno tiene la sensación de estar en Silicom Valley.  Pero aquí, en Toro, no solo se fabrican células solares para captar energía del sol sino para la exportación. Es el proyecto más ambicioso de crear en España fuentes de energía alternativas, verdes, limpias, respetuosas con el medio ambiente y que permitan la sostenibilidad. Los que hayan visto “Avatar” y su tecnología sofisticada, podrán hacerse una idea aproximada de lo que es Pevafersa.

   Para Toro, es una empresa de referencia. En el nuevo polígono industrial se ha apostado por el futuro. Y el futuro, para orgullo de todos nosotros, lo protagoniza nuestro amigo Antonio Berdión que dirige esta empresa pionera en el sector. Almorzamos en el comedor de la empresa. Su restaurante comunal es de lujo. Las personas que trabajan transmiten confianza porque se nota que se sienten a gusto. El menú consta de tres platos. De segundo, resultó obligado tomar cordero. De la tierra. Un acierto. El postre con helado, exquisito. Y el vino de la tierra, naturalmente. Tinto,  especialmente embotellado con el anagrama de Pevafersa. Es su regalo institucional. Agradecimos personalmente al “maitre”  Miguel Angel su trabajo y a Laura la persona que nos sirvió el almuerzo con tanta profesionalidad como cortesía.

   Nuestro anfitrión había cumplido. Así que, si Antonio nos sorprendió, –“todos nos quedamos boquiabiertos con la calidad de las instalaciones y el protocolo de trabajo de última generación, con 50 millones de euros invertidos solo en la planta de células, con una producción de 60.000 Megavatios/año”-  nosotros teníamos una respuesta, un secreto, guardado celosamente.

   A iniciativa de Pedro Ampuero, para recordar la efemérides, decidimos regalarle una placa conmemorativa con la siguiente inscripción: “Los compañeros trinitarios, con motivo de la visita a la factoría Pevafersa, a Antonio Berdión Cortés, por su generosa hospitalidad. Toro, 22 de enero de 2003”. Era la mejor manera de darle las gracias por una jornada inolvidable. Gracias, Antonio. Prometió (y lo cumplirá) ponerlo en su despacho para recordar que los amigos trinitarios de ayer seguimos apoyándole en esa responsabilidad y que nos sentimos orgullosos de ese reto. Berdión hace cosas que otros no nos atrevemos ni a soñar. Ser empresario no es fácil. Y menos en estos tiempos de escasez de trabajo. Nos consta su preocupación por lo social, por crear empleo es el objetivo principal; empleo de calidad, lo más progresista. “Todos los ingenieros de esta empresa son de la Región; yo me fio de la buena gente”. El ambiente invita a compartir el trabajo bien hecho.

    La jornada terminaba con una visita a otra de las plantas para enseñarnos todo el proceso de ensamblamiento de las obleas en los paneles. La limpieza y el orden, la robotización y el automatismo confirman que estamos en una factoría avanzada  que desde Toro quiere irradiar a todo el mundo. Francia es uno de los mejores clientes. Ahora, la expansión se dirige a Estados Unidos. Costa Rica será la base de lanzamiento hacia el norte y hacia el Sur de Hispanoamérica. Las mejores energías siempre vienen del cielo. El sol también existe.

Etapa final

   Ha sido hermoso volver a Toro. Cumplimos otra etapa en el largo camino que iniciamos en 2005, en el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Un paso adelante. Lo próximo, quizás, ese gran encuentro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) para celebrar el cincuentenario de nuestro ingreso en los PP. Trinitarios. Corría el año de 1960… Ayer, como quien dice. Y aquí estamos de nuevo. Con el mismo espíritu de siempre, acudiendo a la llamada de ABC, Antonio Berdión Cortés, que nos recibe y nos despide con humildad y sencillez. Lo que aprendimos allí en el Seminario hace medio siglo… Volveremos.

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rebeldia comunera

   EL PRESIDENTE José María Barreda ha contestado en voz alta a Camps, Valcárcel, Rajoy (y Cospedal) que «los castellano-manchegos no aceptamos ser menos que los demás» al tiempo que afirmaba que «el PP tiene que hacer en Castilla-La Mancha, exactamente, lo mismo que ha hecho en Aragón, en Andalucía o en Valencia». Desgraciadamente quien tiene que entender el mensaje ( y no fallarnos) es José Luís Rodríguez Zapatero.

    El doctor Barreda argumentaba, que «en Aragón exigieron una reserva estratégica, en Andalucía apoyaron la gestión exclusiva del Guadalquivir, y en Valencia se arrogaron las aguas de las cuencas limítrofes». La pregunta, impecable. «¿Por qué se va a poder hablar de agua en todos esos estatutos, y sin embargo en el Estatuto de Castilla-La Mancha, no?».

   Común es el sol y el viento/ común ha de ser la tierra/ que vuelva común al pueblo, lo que del pueblo saliera. Qué hermosos versos del poeta Luis López Álvarez, autor de “los Comuneros”, y qué bien suena aún  en las voces  del Nuevo/Viejo  “Mester de Juglaría”. La filosofía comunera de que “nadie es más que nadie” –la rebeldía toledana- entronca directamente los ajusticiamientos de Villalar con la Revolución Francesa y  el levantamiento de Riego.  Aquella fue una lucha por la igualdad y las libertades, cruenta y desigual contra los imperiales pero no menor que la que se dirime en el Congreso para que el Estatuto despegue definitivamente. “¿Por qué ahora se pretende negar el pan, la sal, y el agua a Castilla-La Mancha?, no lo vamos a aceptar de ninguna manera», puntualizó Barreda. No se entiende.

   María Dolores de Cospedal en su doble condición de secretaria general  y de presidenta de los populares en Castilla-La Mancha  está sometida a una situación límite; la autoridad de Rajoy en entredicho frente al pulso de sus barones orientales. Pero la decisión final la tiene Zapatero. ¡Que el presidente nos tenga presentes en sus oraciones, tanto en Washington como en Madrid¡ Amén.

. “¿Por qué ahora se pretende negar el pan, la sal, y el agua a Castilla-La Mancha?, no lo vamos a aceptar de ninguna manera», puntualizó Barreda. No se entiende. María Dolores de Cospedal en su doble condición de secretaria general y de presidenta de los populares en Castilla-La Mancha está sometida a una situación límite; la autoridad de Rajoy en entredicho frente al pulso de sus barones orientales. Pero la decisión final la tiene Zapatero. ¡Que el presidente nos tenga presentes en sus oraciones, tanto en Washington como en Madrid¡ Amén.

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la respuesta (preventiva)

 El Estado del Bienestar (derecho a la salud, a la educación, al paro y a las pensiones) ha creado una sociedad, especialmente conformista, egocéntrica, hedonista y, sobre todo, adormecida. Y en este disfrute de derechos sin deberes, estamos a cinco minutos de que el gobierno decrete la retirada de crucifijos  en todos los centros públicos: escuelas, hospitales, calles y monumentos. La responsabilidad no hay que achacarla a un solo hombre, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero –un provocador nato- sino a los católicos y a las personas que callan (y, además, le votan). La cobardía es mayoritaria. Desgraciadamente. 

   Zapatero nada más llegar a la Moncloa se propuso tres objetivos: destrozar la España constitucional y la Transición; reverdecer las cenizas de la guerra civil para que la ganara su abuelo y humillar  a la Iglesia católica acusándola de ser la gran causante de todos los males patrios desde los visigodos. Su filosofía gótica  se ha traducido en un puñado de leyes que legitiman toda su obra anticlerical: el matrimonio entre homosexuales, la adopción de niños por gays y lesbianas, el Estatut de Cataluña que rompe la unidad de España como nación,  la ley de la Memoria histórica (histérica)  y la más grave: la ampliación del aborto. Lo de los crucifijos será un mero pasatiempo para desentenderse del paro.

    Europa –ya lo denunció Oriana Fallaci en Eurabia– ha renunciado a sus raíces judeocristianas; el Parlamento se negó a incluir en la Constitución ninguna referencia a nuestro pasado, y ha terminado siendo el Tribunal de Estrasburgo el que ampare a una mujer noruega (atea) –y en Italia-  porque “el crucifijo” le molestaba. Esperemos que el pleno del Tribunal, rechace tal ignominia. Y aunque no es firme la sentencia, el PSOE y los nacionalistas,  curiosamente en unión de los separatistas de ERC, son los que apoyarán a ZP en este camino sin retorno. El sabe que la sociedad no se movilizará.  ¿No le apoyaron en algo más grave como la ampliación del aborto de 14 a 22 semanas?

    Hablaba de cobardía colectiva. ¿Denunció  la jerarquía eclesiástica a esos  112 parlamentarios católicos, apostólicos y romanos? No. Solo a Bono. ¿Los obispos del País Vasco y Cataluña regañaron a sus diputados del PNV y de CiU? Tampoco.

    La libertad y el derecho a la vida de los no nacidos no se defienden con el silencio y la prudencia. Con nuestro materialismo, hemos perdido el norte, los valores, los principios, la ética, la austeridad. El cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga, ha pedido a los checos que recen para que Europa no se someta al Islam intransigente y antidemocrático al que nos acerca la Alianza de Civilizaciones. El crucifijo es todo un símbolo de fe y de esperanza para los europeos católicos y ortodoxos.  Erradicarlo de nuestra vida cotidiana es volver a las tinieblas del feudalismo esclavista. Y la nuestra es una religión para la libertad. Pero, amigos, la libertad no es un regalo: hay que ganarla cada amanecer. Y depende de nosotros.

   No me  cabe la menor duda de que el PSOE arrancar  los crucifijos y los símbolos católicos de nuestra vida y de nuestro corazón. Mismamente, por fastidiar. De momento, el alcalde de Logroño (naturalmente, socialista) ha editado un calendario de fiestas laborales en el que elude la del Patrón (San Mateo), se olvida de la Virgen del Pilar y se conmemoran el día que nació Mahoma y la fiesta de Pakistán. Un aviso. La cabalgata de Reyes,  en Madrid, es otro ejemplo de ese laicismo anti Jesús. La pregunta es: ¿a quien molesta el crucifijo? A nadie con buena voluntad. Mi propuesta es simple: colgar sobre nuestro cuello un crucifijo o una medalla de la Virgen. La santiña de la Cabeza, sirve. Esa ha sido, preventivamente, mi respuesta.  Y, por supuesto, ni un voto.  Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

*Antonio Regalado es periodista y fue alumno trinitario en el periodo (1960-1964) 

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el proscrito

   HA BASTADO una simple encuesta que le nominaba “el sustituto” para que se agudizara la persecución a José Bono en una doble dirección: desde el partido y desde la Conferencia Episcopal. Ferraz descalificó despectivamente al presidente del Congreso, -“no está en la agenda”- cuando pidió que se reforme la ley electoral para no agrandar más la distancia entre el Parlamento y la calle. La Conferencia Episcopal se la tiene jurada por su voto a la ley del aborto. ¿No votaron a favor 184 señorías, 115 de ellos, fieles católicos, apostólicos y romanos? Sí. Bueno, pues, ni una reprimenda; y menos a peneuvistas y convergentes. ¿Han proferido alguna voz más alta que otra sus obispos del País Vasco y Cataluña? No. ¿Amenazan con la excomunión a los nacionalistas cuando se posicionan a favor de ETA y les acompañan en votaciones y manifestaciones? Nunca. ¿Alguna vez han instado Setien, Uriarte y el tal Blázquez con excomulgar a los asesinos de la banda terrorista vasca y a sus jaleadores? Jamás. ¿Se han solidarizado con el nuevo obispo de San Sebastián, estigmatizado por no ser nacionalista? Negativo. Matar ¿es un pecado público (y mortal) más leve que el de votar una norma? Eso parece.

   Resulta evidente que la Iglesia y el PSOE buscan un chivo expiatorio. Y que ese chivo es José Bono por el delito de ser un católico practicante. Sus enemigos interiores se alían con la jerarquía católica porque es también el único diputado socialista en denunciar públicamente que el Estatuto de Cataluña rompe la igualdad entre todos los españoles; es decir, que es claramente anticonstitucional. Y, además, Bono cree en la Nación española. Un proscrito incorregible. Iglesia y PSOE no deberían perseguir a un hombre (solo) que cumple simplemente con su deber ciudadano y su conciencia. Los dardos (y las excomuniones) diríjanlos a los nacionalistas y a ZP que están envenenando la vida política con su España plural y avariciosa; su concepto discutido de nación y su laicismo anticristiano.

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situación límite

  EL ESTATUTO no acaba de remontar el vuelo. El presidente José María Barreda ha puesto sobre la mesa una alternativa clara, tras renunciar a la malhadada fecha de caducidad del trasvase: 6.000 Hm3 de reserva, la misma cantidad que los aragoneses incluyeron en su Estatuto reformado. Francisco Camps, después de los escándalos de Gúrtel y Ramón Luís Valcárcel, viendo como se desmorona su economía del ladrillo y sus campos de golf- han animado a sus diputados a sublevarse en el Congreso contra Rajoy, Cospedal, Barreda y Castilla-La Mancha. Los barones han puesto en un aprieto a Maria Dolores de Cospedal que no tendrá fácil explicar en su tierra y a sus gentes por qué los aragoneses pueden acceder a una reserva del Ebro y nosotros, que pasamos sed, no. La derogación del PHN no es excusa suficiente porque el PP se cuidó muy mucho de no incluirlo en su último programa electoral. El Estatuto no nato se ha convertido en un arma letal para los dos candidatos regionales en 2011.

   Con un AVE vertebrando Albacete y Cuenca con Madrid, Valencia y Alicante, y con el nuevo Estatuto, Barreda tendría muchos puntos acumulados para renovar mandato. Una reserva menguada nos dejaría a todos como ciudadanos de segunda. La presidenta popular espera un milagro de sus socios mediterráneos. Si no consigue el consenso, el PP se le romperá en mil pedazos. Y Rajoy puede pagar los platos rotos nueve meses después. Una situación desesperada, consecuencia natural de su doble responsabilidad partidaria. El agua, ahora que llega a Las Tablas – y con la que está cayendo- se ha convertido en una bomba de relojería. Solo cabe esperar que no profundice la crisis. Por fortuna, Barreda no es ZP y tampoco se mueve por motivos ideológicos. Convengamos en que es más difícil reformar la educación que el Estatuto. El PSOE-CLM ha dejado la pelota sobre el tejado popular. De Cospedal tiene que mover ficha.