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el modelo gandhi

“NO HAY CAMINOS para la paz, la paz es el camino”.  La frase acuñada por  Mahatma Gandhi para poner fin a la guerra de insumisión de la India contra el imperio británico, ha sido adaptada medio siglo después en Castilla-La Mancha para iniciar la ruta de la creación de empleo, tras un año y medio de desolación. La humildad del mensaje apuntala la firmeza del contenido y de la decisión política de volver a los grandes consensos de la Transición. “El pacto no es la meta, es el camino, la metodología para trabajar juntos”, ha explicado el presidente José María Barreda en el Archivo Regional después de estampar su firma. Trabajar juntos y en la misma dirección. He ahí el método. Porque en esta aventura política y social –quizás tan transcendente como la que se dio en la elaboración del I Estatuto de Autonomía-  no vale llegar solo ni pronto sino juntos y  a tiempo. Y ya llevamos demasiado retraso en la búsqueda de soluciones.

    El compromiso de unidad de las cinco diputaciones provinciales, de la FEMPCLM, de Cecam, de UGT, de CCOO y del Gobierno Regional es una respuesta urgente y necesaria a la grave crisis que padecemos. ¿Hemos tocado fondo? Ojala. Ahora, toca recolocar a los desempleados.  Combatir el paro y crear empleo es lo más progresista que se puede hacer en esta  coyuntura tan complicada.  No son sólo las 85 medidas económicas  -que movilizarán unos 2.000 millones de euros y que tendrán su desarrollo en los Presupuestos Generales de 2010- sino la dimensión social del Acuerdo. Un pacto por CLM, por los ciudadanos, por las personas, por el futuro.  Un pacto por la confianza, la credibilidad y la esperanza. Un texto posible desde el diálogo tozudo de Barreda que fue el primero que descubrió el tsunami que se avecinaba. Y no solo no lo ocultó sino que lo denunció públicamente y lideró el texto que acaba de aprobarse. Justo hace un año remodeló el Ejecutivo y puso en marcha un programa de ética y austeridad que está empezando a dar sus frutos.

   Ángel Nicolás no ha podido comenzar mejor su mandato al frente de los empresarios. Barcenas allanó el camino. Y se ha quedado como Moisés al otro loado de la tierra de promisión. Así es la vida. Los sindicatos mayoritarios se han vestido de  sensatez. Y en las Pymes ha renacido la fe.  Que un  experimentado gestor como Félix Peinado, sea de ahora en adelante el presidente de la Sociedad de Garantía Recíproca AVAL de Castilla-La Mancha, a propuesta de Barreda,  significa que se aparca el partidismo y se opta por los mejores.

   Como Gandhi temía, la independencia de la India rompió la tierra y los corazones de los anticolonialistas cuando su amigo Jawaharlal Neru fundó el Pakistán musulmán. Hoy todos conocemos la historia y el dolor de aquella ruptura.  Solo como símil, la ausencia de IU es simbólica; la del Partido Popular especialmente llamativa. Porque está destinado  a ser el relevo a casi tres décadas de socialdemocracia en la Región.  Puede que el Plan sea poco ambicioso;  puede que no le cuadren las cuentas a María Dolores de Cospedal,  pero en un momento como el actual no es fácil explicar a los castellanomanchegos por qué no se arrima el hombro cuando el hambre hace frontera con los más débiles.

   Nos hubiera gustado conocer un texto articulado alternativo de los populares. En este caso no es suficiente un no –alto y claro- como respuesta. Lo cierto es que solo conocemos borradores parciales de los seguidores de Rajoy, pero no medidas concretas para salir de la crisis antes que con este Pacto por Castilla-La Mancha. Lástima porque para la misión que tenemos por delante –la de reactivar la vida económica  y volver a los estándares de calidad de vida de años pasados- hacen falta todas las manos. También las del PP. Desde esta Bahía apoyamos la iniciativa de soñar un viaje colectivo para irnos enriqueciendo de experiencia en el camino hasta llegar al pleno empleo. La meta es el consenso, el diálogo, el acuerdo. Hoy nos ratificamos en el intento.  Que los dioses nos sean propicios en este verano interminable antes de que el otoño nos rompa los sueños de parte a parte con  colas más largas en el INEM. ¡Larga vida al Pacto, al esfuerzo, al compromiso y a la unidad¡ 

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las tres erres

EN LA PELICULA “El Graduado” (1967) dirigida por Mike Nichols y protagonizada por Dustin Hoffman hay una escena en la que Mr. Robinson le dice al padre de Dustin: “Tu hijo debe graduarse en plásticos; ahí está el futuro”. Hoffman prefiere graduarse en abrir cremalleras por la espalda a la señora Robinson, una espléndida dama otoñal interpretada por Ann Bancroft. La música de Simon y Garfunkel contribuyó a que el mito llegara hasta nuestros días. El mito erótico de iniciación continúa pero el plástico se ha convertido en nuestro apestado. La mayor parte de los grandes centros comerciales españoles no suministrarán ya bolsas de plástico. 42 años después, nos hemos dado cuenta de que el coste medioambiental es insostenible.

La producción de cada bolsa requiere 4 gramos de CO2 y eso contribuye al efecto invernadero. Unos datos escalofriantes: 10.500 millones de bolsas consumimos los españoles cada año, 238 bolsas de media por habitante; 400 son los años que tarda en descomponerse (ni que fuera U238); 500.000 millones de bolsas se utilizan en el mundo; 200 especialidades marinas se ven afectadas. Una desmesura. La alternativa es simple: reciclar, reducir el consumo y reutilizar bolsas de rafia y algodón ecológico. Fabricadas a base de fécula de tubérculo no alimentario y bioplásticos, son 100% biodegradables, transformándose en compost y abono.

Nuestras madres y las madres de nuestras madres ya utilizaban las bolsas caseras de tela para ir a la compra. Los fabricantes no han optado por el papel para preservar los bosques. El proyecto se llama “alas sobre agua” y está financiado por fundaciones de Madrid, CLM, Murcia, Global Nature, el Banco de Alimentos, Cruz Roja y Carrefour. Se trata de echar una mano al medio ambiente. Por estas razones, en las líneas de caja de los grandes almacenes dejan de repartir bolsas de plástico argumentando que todos podremos respirar más tranquilos. Reducir, reutilizar y reciclar, -las 3 erres-; he ahi nuevos deberes de ciudadanía.