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La guerra del agua

Urge un Plan Hidrológico Nacional. Y nadie mejor para liderar ese Pacto por el Agua que Emiliano García-Page. Los trasvases deben ser el principal asunto del orden del día   en su encuentro con Rajoy.

 

Perimetrar el agua



POR ANTONIO REGALADO

El Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar. El Júcar agoniza. Y el Tajo ha muerto de dejadez y de hastío. Los embalses de Entrepeñas y Buendía, que amamantan el trasvase al río Segura han alcanzado sus mínimos históricos. En su visita a la zona, el presidente Emiliano Garcia-Page ha comprobado que no hay agua. Y cuando no hay agua no se puede repartir. Partamos del hecho de que el agua es de todos, que los ríos son de todos y que la solidaridad hídrica la viene practicando nuestra comunidad desde 1979, es decir, durante casi toda la democracia.

Proyecto colectivo

El trasvase Tajo-Segura fue ideado en 1902 pero no sería hasta 1932 siendo entonces ministro de Obras Públicas el socialista Indalecio Prieto, cuando éste encomendara al ingeniero Manuel Lorenzo un Plan Nacional de Obras Hidráulicas para el aprovechamiento de aguas. En el proyecto incluyó el trasvase Tajo-Segura. El agua se derivaría desde los embalses citados en el río Tajo al Segura a través de la presa de El Talave. La falta de recursos impidió comenzar las obras que no se iniciarían hasta 1966. Las primeras aguas trasvasadas llegaron en 1979, recién estrenada la democracia

La ley de Explotación y de Régimen Económico 52/1980 de 16 de octubre establecía los volúmenes de trasvase en esta primera fase de ejecución: 400 Hm cúbicos para regadíos y 110 para abastecimiento. La Ley de 2015 fija a partir de 600 Hm/3 las aguas excedentarias susceptibles de trasvasar. Pero, como dicen los técnicos hay que tener en cuenta otros factores medioambientales, como las sequías pronunciadas, márgenes de los ríos, riegos ilegales, caudales mínimos, limpieza de aguas, sostenibilidad y desarrollo.

Desde la instauración de la Constitución del 78 y el reconocimiento de los gobiernos autonómicos, -incluso en tiempos preautonomicos-, los contenciosos administrativos entre territorios ha sido permanente. La guerra (del agua) no ha terminado.

Enfrentamientos políticos

Desde La Moncloa se han autorizado trasvases periódicos más allá de si las lluvias, los caudales y el almacenamiento lo permitían. Y esa actitud sectaria ha terminado perjudicando siempre a Castilla-La Mancha. Por cierto, la única región cedente (y sin excedentes) de agua en España. Baste señalar que los pueblos ribereños de los embalses castellano-manchegos y varias decenas de poblaciones más por donde discurre el viaducto son abastecidos con cisternas desde hace años. Y, en especial, este verano infernal.

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Los gobiernos centrales no han abordado nunca el problema del agua. Además, las hostilidades entre partidos políticos (PP y PSOE) se mantienen desde los años 90. Populares y socialistas de Castilla-La Mancha se han enfrentado abiertamente a sus compañeros de Aragón, Valencia, Murcia y Andalucía (las aguas del trasvase riegan y calman la sed de buena parte de Almería), hasta el punto de que el PLAN HIDROLÓGICO NACIONAL no figura en ningún Programa electoral desde el año 2000. Fue el presidente José María Aznar quién a principios de siglo consiguió fondos comunitarios por valor de 3.000 millones de euros para iniciar el PHN que permitiría aprovechar los recursos sobrantes del Ebro y garantizar el abastecimiento al Levante y al sureste. Apenas lo aprobó al final de su segundo mandato, el PSOE se posicionó en contra. Y los nacionalistas. Y hasta el PP aragonés de Luisa Fernanda Rudi.

Unidad de cuenca y sectarismo
Después de la tragedia del 11-M, las elecciones generales del 14 de marzo, volcaron los resultados. Y un Rodriguez Zapatero desnortado, tras repatriar de manera obscena a las tropas españolas en Irak, anuló el PHN. Desde entonces, ni un solo partido ha considerado que el Pacto por el Agua es una necesidad. Los socialistas iniciaron su alternativa acuática de la mano de la visionaria Cristina Narbona, con una política de desaladoras imposibles dónde se invirtieron 17.000 millones para nada. Rescato una idea de José Bono, tras la última riada del Ebro: ¿cómo puede ser rentable dejar que miles de millones de libros de agua dulce lleguen al Mediterráneo y luego haya que desalarla para hacerla potable? Pues eso.

Y ahí estamos, en el mismo punto muerto, dieciséis años y cinco elecciones generales después, sin que ora gobierno, ora oposición, hayan dado un solo paso al frente para acabar con la sequía. Con un agravante: a día hoy, los “parlamentos regionales han hecho piña (clan) para blindar “su agua”. Y su sectarismo. Se defiende el principio de unidad de cuenca” como si se tratara de un dogma totalitario. ¿Dónde queda la solidaridad con los que tienen sed? El diálogo intercomunitario es estéril. Nadie habla con nadie. Todo se resuelve con amenazas, querellas y tribunales. Y el gobierno de Rajoy no tiene ni una iniciativa (ni buena ni mala) para buscar soluciones que no sean el decretazo.


Liderar el Pacto

 

Fue el Foro de ABC el que convocó en Madrid a representantes de los  gobiernos regionales de Aragón, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana y regantes del Segura. La conclusión fundamental al reto de que “el agua es un bien escaso”, se resume en este titular: Moncloa, tenemos un problema. Pero el Gobierno de la nación, sigue mudo. Urge un Plan Hidrológico Nacional. Y nadie mejor para liderar ese Pacto que Emiliano García-Page. Los trasvases deben ser el principal asunto del orden del día de ese encuentro solicitado a Rajoy

Mientras tanto, nuestras Cortes apuestan, sensatamente, por el “trasvase cero” mientras los dos embalses de cabecera sigan por debajo del 15 por 100 de capacidad. Los valencianos quieren un acto “bilateral” con Toledo. Los murcianos siguen exigiendo agua aunque no exista, como si se tratara de un derecho de pernada. Y los almerienses siguen con sus invernaderos apurando cada litro gota a gota.

Ni de izquierdas ni de derechas

Han bastado seis semanas a casi 40 grados, una espuma inmunda abrazando la capital imperial, un Tajo irreconocible a su paso por Talavera y varios incendios devastadores como el Yeste (Albacete) para darnos cuenta de que estamos instalados en la mitad del desierto y de que el agua es un bien escaso. Tiene razón el presidente Page: el agua no es de izquierdas ni de derechas. Y añadió certeramente: “pero no la hay”.

Es el momento de perimetrar el agua de nuestros embalses y de actuar en consecuencia. Comprobaremos cómo y cuánto se han reducido las superficies y la profundidad de nuestras costas insulares. Y veremos que el déficit hidráulico no es menor que el déficit y la deuda 1,138 billones de Euros. ¿Cuál es nuestro déficit hídrico en agosto? Nuestra tierra es la más afectada por la sequía y por los trasvases. ¿Podremos garantizar el consumo humano?

Por ello, creemos que las primeras y mejores iniciativas deben partir del nuevo gobierno de bronce -aleación de cobre y estaño- entre PSOE y Podemos. El agua, la educación, las pensiones, el empleo y la unidad de la Patria son nuestros problemas más urgentes. Tenemos sed de soluciones. Y en el caso del agua se trata de voluntad política. Nada más, nada menos. De valentía cívica. No más cobardía de los partidos políticos. Agua de todos para todos. Distribución solidaria.

Las estadísticas de las últimas décadas confirman que los ciclos hídricos están cambiando. Más sequías, más inundaciones. El cambio climático condiciona ya nuestro futuro. Sin agua, no hay turismo, no hay regadíos, no hay trabajo, no hay vida.

 

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el delito de perder el tiempo/antonio regalado

Rescatando el pasado de archivo de ABC

El delito de perder el tiempo.

POR ANTONIO REGALADO Lunes , 10-05-1

Hace bien Rajoy en no dejarse chantajear por Montilla, el puntillero del TC, con el plácet de Zapatero. El PP no retirará el recurso al Estatut porque sencillamente es anticonstitucional de principio a fin. Y hace muy bien María Dolores de Cospedal en rechazar el Pacto por la Educación de Gabilondo porque se trata de una milonga que consagraría que el español no se pueda estudiar en toda España; además, evita que se impulsen reformas para combatir el fracaso escolar (30%) y no permite enseñanzas comunes en historia o geografía. En suma, se perpetúa la LOGSE. Son los pactos-trampa del presidente del Gobierno para tomarse una foto y un respiro antes de que nos aniquile el tsunami griego.

El acuerdo del miércoles sobre las Cajas estaba ya descontado. Y la distancia PSOE-PP se agranda y nos empuja hacia el abismo. Ni reforma laboral, ni reducción del déficit ni de la deuda. Mientras tanto, 4,6 millones de parados estabulados terminarán invadiendo las calles al estar dolorosamente hartos de tanta incompetencia política. Uno lee los periódicos cada mañana y la corrupción y el insulto son el denominador común. Hasta Isabel Pantoja es una presunta corrupta por blanquear (presuntamente) dineros de su infante don Julián, el de Cebreros afincado en Marbella.

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Sorprende que presidenta del PP regional acusara en Puertollano literalmente a José María Barreda de «mentir como un bellaco». O sea, de ser (malo, pícaro, ruin, astuto; persona que comete delitos, que demuestra poca valentía; que cual cazador furtivo asesina ancianos por la espalda…). Un despropósito. De haber aplicado el código Castro -alcalde de Getafe- le hubiera costado 1.500 euros de multa el insulto. Sí, Pedro Castro el presidente de la FEMP que se hizo famoso por llamar «tontos de los c.» a militantes (y votantes) del PP ha promulgado esos mandamientos para castigar a quienes ofendan la honorabilidad de los concejales de su ciudad.

Y resulta doloroso que la secretaria general popular sea perseguida y abucheada por funcionarios de la Junta (en horario laboral) a los gritos de ¡traidora, traidora¡ El espectáculo político resulta deprimente. Hasta la honradez de Bono (y su familia) se ha puesto en entredicho desde abril con fuego cruzado amigo y enemigo. ¡Pim pam, pum…Bono¡
El daño a la convivencia es enorme. Si no fuera por la tragedia que se cierne sobre nuestras cabezas, diría que los políticos están sobreactuando por arañar, enm todas direcciones, un puñado de votos.

El poder sin ética, sin religión, sin mandamientos, sin valores solo conduce al desencanto. En la mitad de esta crisis perfecta, ahora, precisamente ahora es cuando han de hacerse querer y respetar los líderes políticos. Necesitamos a los mejores para sacarnos de este túnel sin salida. Pero vemos mucha mediocridad por todas partes.

Por eso es incomprensible para los castellanomanchegos que, con la que está cayendo, Barreda y Cospedal, dos políticos sensatos y centristas, hayan perdido las composturas y se hayan abrazado a descalificaciones extemporáneas en vez de explorar una tercera vía, que busque fórmulas nuevas de reducir el desempleo y la desesperanza. El Día de la Región podría ser una fecha histórica para sellar la paz y caminar juntos y en la misma dirección.

Por lo visto en las últimas horas la inacción del presidente Rodriguez Zapatero sigue incólume. Nadie lo apeará de su inmovilismo. Igualito que con las negociones (la rendición) de paz con ETA. Tanta inacción como miopía. Ejerce el tancredismo como si contara todavía con el cariño de los dioses cuando el 81% de los españoles le está diciendo claramente que es certero, sí, pero certero en el error. Por eso, hay que buscar una solución urgente: adelantar las elecciones.

Ya hemos comprobado en propia carne como el IBEX 35 no cree en Zapatero. Y algo más grave: En Europa, su sonrisa presidencial y giocondiana se ha tornado etrusca. No vende credibilidad. De ahí los ataques de los tiburones financieros. Él no se lo cree pero somos nosotros quienes padecemos su agnosticismo. Si no hace los deberes, el FMI y Bruselas se los harán. Y luego, vendrá el llanto y el crujir de dientes.

En política no hay mayor delito que el de perder el tiempo. Y ZP está en la prórroga esperando desde hace tres años un penalti milagroso en el último segundo el presidente de la nación no gobierna porque ha excluido de su diccionario las palabras deber, sacrificio, esfuerzo, sudor y lágrimas. Para él todo son derechos. Le da miedo la verdad y prefiere parapetarse en el consenso de los sindicatos que le tienen secuestrado. Desde el Gobierno y desde el Partido acusan Génova de hacer del «no» una política de tierra quemada con vistas electorales, pero el que fracciona y divide es Zapatero, ora en compañía de los nacionalistas, ora con los separatistas, ora contra el TC, ora contra el Senado. Aquel que todo lo aplaza -escribió Demócrates- no dejará nada concluido ni bien hecho. Seguro que esa sentencia la escribió el filósofo dos mil años atrás, pensando en «el Maquiavelo de León», el señor de la ceja, nacido en Valladolid.

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Dunkerque: realismo sin alma/antonioregalado

Me gustan la historia y el cine. Por tanto, la historia llevada al cine siempre concita mi interés. Horas después de estrenar Dunkerque, de Christopher Nolan, pasé por taquilla para revivir «el nuevo cine europeo, realista y enternecedor. 
Decepción absoluta del primero al último fotógrafa. La película no tiene guión y, el resultado, es una ocasión perdida para explicar una retirada militar que pudo terminar en masacre. Y que aquí se queda en nada.


Buena fotografía y excelentes recursos sonoros pero la confusión lo invade todo. Al ser un film coral, sin protagonistas principales, el relato se pierde con varios episodios deshilvanados, desvertebrando toda la historia.

«Dunkerque no transmite emoción ni soledad, 

ni miedo ni ternura, elementos esenciales 

de la guerra. Una peluquería fallida, 

sin vida y alma. No es cine, ni siquiera

un buen documental”

A los nazis se le denomina en todo momento «el enemigo» y nada explica por qué se suceden los acontecimientos, porque suceder, no sucede nada.

Nadie explica qué hacen los soldados ingleses allí, ni el motivo de la evacuación sin medios ni se vislumbra la presión de los nazis. 

Los escarceos de la aviación alemana en ningún momento justifican hechos tan trágicos. Los tres aviones de la RAF son mero atrezzo sin posicionamiento y ubicación exactos para dar la sensación de que fueron decisivos en la amarga victoria del repliegue. Nolan ha querido retratar el infierno individual de los combatientes pero los ha dejado en el limbo.

Si ésta era la réplica a la versión americana de “Salvad al soldado Ryan”, tenemos que convenir en que Nolan fracasa y con él el cine europeo. 


SIN VIDA, SIN ALMA

Reitero: sin un buen guión no puede haber una buena película. La lógica del cine no admite atajos. Las vidas personales en la guerra deben ir acompañadas del sentimiento de altruismo colectivo -los héroes, incluso los anónimos, siempre salvan a la Patria-; aquí todo está superpuesto y desdibujado. La docena de barcos de pesca rescatando a soldados en alta mar eran una caricatura. Los dos oficiales de marina y de tierra no saben qué hacer ni toman el liderazgo. Alguien debe conducir a las masas y en especial en las guerras.

Por no tener, Dunkerque  no tiene ni una mala historia de amor. La ausencia de mujeres – la chica es imprescindible en toda acción-, confirma que aún habiendo una historia (real) que contar no bastan los efectos especiales ni el sonido. Es necesario un buen guión y un relato coherentes. 

Durkerque no transmite emoción ni soledad, ni miedo ni ternura, elementos esenciales de la guerra. Una peluquería fallida, sin vida y alma. No es cine, ni siquiera un buen documental.


Estás a tiempo, querido amigo, de ahorrarte 9 pavos (5,7 euros si eres pensionista) y gasta el tiempo en darte un paseo o en leer un buen libro como Patria.

Si a pesar de todo, te dejas influir por los críticos de cine como lo he hecho yo en está ocasión, después  no te lamentes, pero no digas que no lo sabías.