Solo la autoridad competente –incluida Hacienda- le llama por su verdadero nombre, Francisco de Asís Lobatón Sánchez de Medina (Jeréz de la Frontera, Cádiz, 6 de diciembre de 1951). Para el resto del mundo es conocido, simplemente, como Paco Lobatón, “un periodista y comunicador que ama su oficio apasionadamente”, explica, de entrada, a la RevistaBALLESOL.
Nos recuerda que siempre ha sido Paco en casa y Lobatón en el colegio y en el Instituto; por tanto, PL es lo que mejor expresa la conciliación entre nombre e identidad.
Vive desde hace casi dos décadas entre Madrid y Sevilla. El AVE ha conseguido eliminar la sensación extraña que antes sentía al cruzar Despeñaperros. Este periodista en amorado de su profesión tanto como de su Andalucía, se ha acostumbrado a escuchar el “usted me suena de verle en algún sitio” y a responder “¿Quién sabe dónde?”. Una frase, un programa, un nombre, Paco Lobatón.
Mucho antes se presentó a los oyentes en la Radio, con apenas 16 años… y así lo hemos conocido luego en la televisión pública y privada.
Pasé más tiempo en la privada (Radio Jeréz y Radio Sevilla -SER- , Radio España de Barcelona -Cadena Catalana-; Radio16.FM Sevilla) que en la pública (RNE), pero no fue una elección mía; el destino me fue llevando y yo traté de responder a cada nueva etapa, procuré aprender. Lo recuerdo como un proceso lleno de vida, de sorpresas, de emociones formidables. Todas distintas entre sí y todas relacionadas entre sí por el valor de la comunicación. Veinticinco años, no hay que olvidarlo, es un cuarto de siglo: un espacio temporal en el que se cruzan dos o más generaciones. Al comienzo de ese ciclo, fin de la Dictadura, inicio de la transición democrática, fue la eclosión de la radio.
El salto a la televisión
El gran salto a la popularidad le llegó con el programa “Parlamento” y luego dirigió y presentó los informativos de TVE en la mitad de la década de los 80 (“24 Horas”) y el programa de búsqueda de desaparecidos “Quién sabe dónde”. Todos nuest ros lectores recuerdan su temple ante la cámara, su dicción perfecta y su bigote.
¿Cómo ve TVE tras su transformación en la Corporación RTVE?
Ha sido un indudable paso adelante. Pero la dimisión de Oliart y la situación subsiguiente ha evidenciado que la estructura organizativa es precaria, y que la independencia profesional sigue demasiado mediatizada por las cuotas de representación de los partidos políticos y los sindicatos.
¿Es sostenible una televisión pública tan cara?
Antes que hablar de los costes hay que hablar del concepto mismo de tv pública, de su función social, etc. Según de qué premisa se parta, se alcanzará una dimensión económica u otra y a ésta exigirá un sistema de financiación acorde. La dicotomía caro/barato es una engañosa simplificación. El valor determinante debe ser el de su rentabilidad social.
La irrupción de la TDT –una nueva concepción tecnológica de la transmisión de la televisión- ha cambiado el panorama y ha abierto muchas incertidumbres sobre la viabilidad del sistema digital.
En cuanto a contenidos, la TDT ha extendido en abierto el modelo de los canales temáticos hasta ahora privativo de la televisión de pago. Y la consecuencia más visible es la segmentación de las audiencias. Hay canales para niños, para jóvenes, para mujeres, para hombres… Algo muy útil para la comercialización de los contenidos, pero no siempre garantía de que éstos vayan a mejor.
Hablando de la TDT es obligatorio hablar del CEMA, el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, que el gobierno socialista no pudo desarrollar en la Ley de Economía Sostenible. Lobatón lo tiene claro: “No es que sea partidario, sino que creo que debía haber sido prioritario el contar con una alta autoridad para el control democrático del conjunto de los medios audiovisuales, al modo del que existe desde hace décadas en países de nuestro entorno como Francia. Y lo creo así porque la responsabilidad social de lo que hagan las televisiones, concierne tanto a las públicas como a las privadas”.
¿Qué le parece los contenidos que emiten las televisiones en la actualidad?
Gozar de una licencia para la explotación privada de una señal de televisión no puede ni debe convertirse en patente de corso para emitir contenidos atendiendo sólo a la cuenta de resultados, al beneficio máximo. No es posible equiparar la televisión a una actividad mercantil cualquiera. No vale cualquier contenido y a cualquier hora. Y es patente que la invocada “autorregulación” no ha funcionado sino de manera episódica.
Las redes sociales
Con Lobatón uno tiene la impresión de que siempre aprende algo. Él sabe mejor que nadie que todo se puede contar en antena “si no se pierde el sentido de la medida, la consciencia del contexto y de las consecuencias…”. Hablamos de cómo la crisis ha cambiado el panorama en todos los soportes mediáticos.
¿Cuál es, Paco, el futuro de la información y de la comunicación en España?
Para responder a una pregunta de esa envergadura haría falta un congreso de expertos, y ni siquiera eso garantizaría poder establecer un pronóstico firme, los agentes son imprevisibles con nuevos actores emergentes. Los usuarios de Facebook en el mundo superan ya los 700 millones de personas; los de Twiter van por 400 y pico… Si sumamos el resto de las redes sociales y hacemos el ejercicio de imaginarnos sus interconexiones en un gráfico con el mapamundi de fondo tenemos el paisaje que resume la nueva naturaleza de la comunicación. Un proceso en marcha, imparable, que ha alterado y seguirá alterando la actividad de los medios de comunicación convencionales.
“España sin fronteras”
Más allá de la nostalgia, nos retrotraemos a aquel TP de Oro concedido al mejor programa televisivo por el “Primer Festival Europeo de la Solidaridad”, emitido en diciembre de 1998 por las televisiones públicas de España, Francia, Italia y Portugal. Hoy existen en la Unión Europea argumentos sólidos como el paro, la crisis económica, financiera o la inmigración para abordar estas cuestiones…
¿Para cuándo un “España sin Fronteras” al estilo de esa “Andalucía SF”, que usted mantuvo en antena durante 8 años?
No es fácil convencer a las televisiones de un proyecto como el que yo realizaba desde REDacción-7. Bautizamos aquel Festival como el “Primer”, convencidos de que le seguirían otros. Sin duda sería positivo poder repetir esa experiencia en el ámbito nacional y “España sin Fronteras” es el título adecuado; así que ojalá nos oigan los gurús de la programación.
El éxito sí le llegó con la publicación del libro “Escríbeme a la guerra”, sobre el drama bosnio y participó en “Ellas”, un texto colectivo junto a José Saramago y José Luis Rodríguez Zapatero en defensa de las mujeres maltratadas.
De momento he aparcado la pluma por los guiones televisivos aunque hay que mantener el optimismo.
Por cierto, ¿qué consejos les daría a los futuros escritores y periodistas?
Que lean atentamente el último libro de Iñaki Gabilondo “El fin de una época” sobre el presente y el futuro del periodismo, sobre su razón de ser primera y última: lo suscribo enteramente.
El drama de las desapariciones
En España hay miles de casos de desaparición de personas, ¿por qué no existe un programa al estilo de Quién Sabe Dónde?
Cada año se registran, en efecto, más de 14.000 denuncias. Es una realidad que lejos de decrecer se ha ido haciendo más amplia y más compleja, por la permeabilidad de las fronteras, por los movimientos migratorios, por la esclerosis social derivada de la crisis… Y no se trata de que se valore más el trabajo de la policía; antes -y primero- se trata de no dar la espalda a los afectados por un drama como el de perder a un ser querido sin ni siquiera tener el alivio del duelo. La incertidumbre que acompaña a las desapariciones es una muerte tacaña porque hace infinito el desconsuelo, porque arrebata a las víctimas cualquier referencia de los seres ausentes sin motivo conocido, sin causa aparente.
Claro que eso merecería un programa de televisión, o, mejor aún, una televisión -como medio- sensible, solidario y cómplice. Quienes tienen el poder de programar tienen la respuesta.
Lobatón si sabe dónde compara la leche
En la actualidad, comparte anuncio publicitario de una marca de leche junto al también periodista, Ramón Sánchez-Ocaña. “La experiencia me ha resultado muy gratificante en todos los sentidos, sobre todo por la oportunidad de comunicarme de nuevo – y a escala nacional- con el gran público, como no hacía desde los tiempos de “Quién sabe dónde”. Lobatón es uno de los rostros conocidos de naturcol para Central Lechera Asturiana, como anteriormente lo fueron: Natalia Verbeke, Jesús Calleja o la selección española de baloncesto.
A Paco, la leche le mantiene en forma, aunque también practica la natación y ama la dieta mediterránea: “Me siento bien, incluso muy bien, es verdad. Pero no me engaño a mí mismo pensando que soy joven. Mantener la lucidez acerca del propio estatus vital es la primera condición para vivirlo en plenitud: siendo saludablemente mayor y no ilusoriamente joven”.
¿Qué sugiere?
• Paro autoempleo
• Per por (piensa, opina, reacciona)
• Crisis oportunidad
• Libertad responsabilidad
• Enfermedad batalla
• ETA adiós
• Inmigración derecho
• Andalucía universalidad
• Valores humanos
• Iglesia edificio
• Verdad Pluralidad
• Futuro Presente