Julián: “Eres un poeta infinito. Tus versos se sienten, se sueñan, duelen; apasionan, seducen, excitan, enardecen, arden, embriagan, embrujan y transforman. Tu poesía es adictiva. Y, por tanto, puede ser peligrosa para la salud… del alma”.
Aricando la infancia
ANTONIO REGALADO (1)
Querido Julián: me has pedido que hilvane unas palabras sobre nuestra infancia para tu último poemario Sembrados a voleo. Será un placer aricar aquel tiempo de amistades profundas a pesar de las migraciones forzadas por la falta de surcos y de oportunidades.
Mis primeros recuerdos (años 53-54 del pasado siglo) tienen como principal escenario a la escuela pública. Teníamos un maestro excelente, don Onofre Herrero Martín, que se jubiló en julio del 57. Recuerdo que aprendíamos a leer recitando “El Quijote” y “De los Apeninos a los Andes”, la novela de Amicis Corazón que nos narraba las desventuras del amigo Marco buscando desconsolado a…
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